EE.UU.- La reapertura de la frontera a viajes no esenciales ha generado altas expectativas sobre la reactivación económica en ambos lados de la línea internacional. Sin embargo, especialistas piden tener cautela y analizar el comportamiento de la demanda, la disponibilidad de bienes y servicios, así como la desaceleración de la economía estadounidense.
Extranjeros asentados en la zona, sin visa estadounidense, refuerzan su esperanza de cruzar y advierten incremento en la llegada de migrantes a esa orilla del país.
Marco Valenzuela vive en la zona de Santa Fe, Tijuana, Baja California y todos los días cruza la frontera para trabajar en una empresa de transporte médico en California, Estados Unidos.
Si bien es beneficiado del programa de viajeros confiables Global Entry, lo cual le permite cruzar más rápido por carriles especiales, ha padecido las consecuencias del cierre de la frontera hacia Estados Unidos a viajes no esenciales, que hoy domingo termina luego de un año siete meses y 13 días.
Aun así, tiene que levantarse a las cuatro de la madrugada, salir de su casa media hora después, para lograr estar a tiempo, a las 07:00 de la mañana, en Spring Valley, en el Condado de San Diego, donde está la empresa que lo emplea.
Marco es de los privilegiados, porque tarda entre 40 y 60 minutos para cruzar la línea fronteriza, pero, las personas que no cuentan con esa tarjeta hacen hasta siete horas, solo para pasar migración. En ese tiempo la tensión se incrementa y son comunes los incidentes entre viajeros y con frecuencia llegan a los golpes, porque no faltan los “gaviotones” que se meten a la fila para ahorrarse horas de espera.
Marco recibió una llamada de El Economista durante su hora de descanso en San Diego. Contó que el anuncio de la reapertura de esa, la frontera más transitada del mundo, ha generado una serie de expectativas entre la comunidad, que es la misma en ambos lados de la frontera, pero partida en dos.
En su caso particular espera que a partir de mañana la dificultad para cruzar se incremente, porque habrá más personas intentando pasar, pero en la comunidad en general, el solo anuncio ha motivado, primero, el inicio del recuento de los daños y, luego, el entusiasmo por la reactivación económica que, sin embargo, acusa nubes negras. Y entre los migrantes indocumentados varados desde hace meses, así como los que van llegando con la intención de ingresar a Estados Unidos, se ha fortalecido la esperanza de cruzar, aunque esa posibilidad tiene realmente pocos asideros.
